Homilía de despedida del padre Bonifacio

El padre Bonifacio ha querido compartir su homilía del pasado domingo 6 de septiembre de 2020 en la que se despedía de nosotros tras haber pasado los meses de verano en la parroquia. Muchas gracias padre por todo, te tendremos presente en nuestras oraciones.

Queridos hermanos y hermanas, tras haber convivido y compartido la fe con vosotros a lo largo de estos dos meses, debo regresar a Salamanca para continuar con mis estudios de Derecho Canónico. Además de agradeceros por la acogida y pedir perdón por mis fallos, hago votos para que esta comunidad parroquial sea una comunidad comprometida en dilatar más y más el reino de Dios (LG 9), por medio de la docilidad a la inspiración del Espíritu Santo; del amor y, de la corrección fraterna.

Una comunidad dócil a la inspiración del Espíritu Santo es una comunidad donde sus miembros se sienten no solo responsables de su propia salvación, sino también de la de los demás, sobre todo de aquellos que debido a sus pecados tienden a auto-excluirse y apartarse de la comunidad. Es nuestra responsabilidad ir al encuentro de esas personas y advertirlas de su error para que no se pierdan en el camino de la vida ni pierdan la felicidad eterna. Abstenerse de corregir al hermano es ser cómplice de su perdición.

Corregir al hermano es una manera de demonstrar amor por él. Y, si como dice el Apóstol Pablo, a nadie le debáis nada, más que amor, entonces la corrección fraterna, en la medida que es una obra de misericordia, es una deuda que tenemos para con todas las personas. Entretanto tal corrección no debe ser hecha sin criterios, eso sería hacer una operación quirúrgica sin anestesia, con la consecuencia de que el enfermo moriría de dolor. Antes bien, nuestra corrección debe de ser basada en los criterios evangélicos, buscando ganar al hermano, buscando recuperar la oveja perdida, porque sin tal hermano la familia no estará completa.

La pedagogía ofrecida por el evangelio respecto a la corrección fraterna es muy valiosa: Jesús al proponer para que antes que se declare que uno es pagano se intente amonestarle por 3 veces de su error, además de demonstrar paciencia de los cristianos antes de tomar una decisión, demuestra también que él objetivo de cualquier corrección es el de ganar al hermano, hacer con que lo mismo salga de su error. Es interesante que el último recurso se presenta delante de la comunidad eclesial, justamente para reiterar que: 1º el pecado de uno, por más personal que sea afecta a toda la comunidad; 2º la corrección hecha por uno puede imperfecta, pero la corrección hecha por la comunidad difícilmente es imperfecta, porque donde dos o más se reúnen en nombre de Cristo, donde las personas rezan unidas, viven unidas, allí está Cristo y es él que habla por medio de la comunidad.

Que Dios os bendiga siempre.

Bonifacio.

Descargar: Homilía_06_09_Corrección_fraterna.pdf

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Entrevista al padre Faustín, verano 2018